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HISTORIA ACERCA DEL ESTUDIO DE LA SINESTESIA
En el pasado el poco conocimiento acerca de la sinestesia provocaba que individuos que exponían tener este tipo de experiencias perceptivas sean considerados como personas anormales, brujos e incluso como esquizofrénicos (Day, 2005). Incluso en las épocas actuales muchas personas con sinestesia prefieren no hacer ostensible que tienen esta capacidad con el fin de evitar la hostilidad y el rechazo que puede provocar lo diferente y desconocido en las otras personas (Day, 2005). El estudio de la sinestesia ha ido evolucionando de acuerdo a algunos aportes importantes, que se anotarán a continuación. El primer reporte que se tiene de un caso de sinestesia es atribuido a Sachs en el año de 1812, este autor describió esta condición en su experiencia personal y en la de su hermana como parte de su disertación doctoral acerca del albinismo (Dann, 1998).
Galton, hace ya más de 100 años atrás (1880), considerando a esta condición como una rareza en el funcionamiento normal de los sentidos de las personas. Galton (1880) describió algunos casos de sinestesia como por ejemplo el de un hombre que tenía la facultad de asociar números con formas definidas. Este hábito era automático, presentaba imágenes muy detalladas y en algunas ocasiones se presentaban coloreadas (Galton, 1880). A más de este caso, Galton observó en pocas personas más, la capacidad peculiar de experimentar la estimulación de un sentido de diferentes maneras, esto quiere decir por medio de uno o incluso más modalidades sensoriales (Ramachandran & Hubbard, 2001).
Después de la experiencia de Galton, algunos estudios fueron publicados hasta los años treinta cuando los conductistas comenzaron a atacar la existencia de este tipo de experiencias que no podían ser comprobadas (Hochel & Milán, 2008). Los conductistas consideraban que la sinestesia era una experiencia que no podía ser comprobada y no se reflejaba en el comportamiento del ser humano. Las características propias del fenómeno de sinestesia como el hecho de que está adjudicada a una experiencia subjetiva y muy difícil de probar, provocó que los científicos dejaran de interesarse en este fenómeno; así tuvieron que pasar algunas décadas para que el estudio de la sinestesia pudiera ser un atractivo para la ciencia experimental (Day, 2005). A consecuencia del abandono del interés médico, científico y psicológico sobre la sinestesia, se presentaron varios inconvenientes para algunas personas que al mencionar sus experiencias sensoriales diferentes a las que habitualmente se presentan como normales, fueron diagnosticados como esquizofrénicos o adictos a las drogas (Day, 2005). En algunos casos en los que los pacientes corrieron con más fortuna, se encontraron con médico escépticos que pensaron que lo que describía el paciente no era más que la particularidad de usar excesivamente el lenguaje metafórico (Robertson & Sagiv, 2005).
Los primeros estudios científicos modernos sobre sinestesia no fueron muy tomados en cuenta en su época, se los tomo como simple curiosidad. Uno de estos estudios fue realizado por Luria y publicado en su libro “The mind of a mnemonist” en el año de 1968, en el que se describía el caso de un sinestésico con una habilidad impresionante para memorizar las palabras por medio de la interconexión de virtualmente todos los sentidos.

Pasaron alrededor de 10 años para que Lawrence Marks (1978) publicara el libro “The Unity of the Senses”, en el que apuntaba la importancia científica del estudio de la sinestesia para entender las bases neurológicas de las metáforas (Marks, 1978). De cualquier manera, la influencia predominante del conductismo en el siglo XX produjo que la psicología no se interese por el fenómeno de sinestesia, por considerarlo absolutamente subjetivo y que solo podía ser mostrado mediante el testimonio de la persona que lo experimentaba (Cytowic, 2002).
La perspectiva en cuanto al estudio de la sinestesia ha cambiado en las últimas dos décadas (Hochel & Milán, 2008). Muchos investigadores vigentes en la actualidad han introducido a la sinestesia como una experiencia que puede ser demostrada y estudiada empíricamente. Los científicos del nuevo siglo se han valido de los métodos psicométricos y de la tecnología para estudiar la sinestesia. Los estudios más recientes presentan reportes de neuroimagen sobre el funcionamiento de los cerebros de individuos que reportan tener experiencias de sinestesia (Hubbard & Ramachandran, 2005). En sí en la actualidad la sinestesia es reconocida como un fenómeno que amerita ser estudiado de manera empírica, por los beneficios que podría traer para explicar el lenguaje o el funcionamiento de las redes neurológicas encargadas de los distintos sentidos. El avance tecnológico en cuanto a técnicas y máquinas para el estudio del funcionamiento del cerebro en tiempo real permite que ahora se puedan tener bases biológicas y comprobables acerca del estudio de la sinestesia.
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Copyright Clara Paz E.
(Universidad San Francisco de Quito). Neuropsicología SIC 561
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